miércoles, 4 de septiembre de 2013

El Rosario, oración por la Paz

El Santo Rosario, oración por la paz.

El Santo Rosario es el instrumento más poderoso que tenemos los católicos para rezar por la paz. Es la oración más recomendada por los Santos, Papas y por la Virgen María para orar y hacer peticiones por la paz.


En su Carta Apostólica Rosarium Virginis Mariae, el Papa Juan Pablo II propone el rezo del Santo Rosario como “Oración por la paz”, porque no se puede rezar el Rosario sin sentirse implicado en el servicio de la paz:

El Santo Rosario: Oración por la paz y por la familia

"Algunas circunstancias históricas ayudan a dar un nuevo impulso a la propagación del Rosario. Ante todo, la urgencia de implorar de Dios el don de la paz. El Rosario ha sido propuesto muchas veces por mis Predecesores y por mí mismo como oración por la paz. Al inicio de un milenio que se ha abierto con las horrorosas escenas del atentado del 11 de septiembre de 2001 y que ve cada día en muchas partes del mundo nuevos episodios de sangre y violencia, promover el Rosario significa sumirse en la contemplación del misterio de Aquél que «es nuestra paz: el que de los dos pueblos hizo uno, derribando el muro que los separaba, la enemistad» (Ef 2, 14). No se puede, pues, recitar el Rosario sin sentirse implicados en un compromiso concreto de servir a la paz, con una particular atención a la tierra de Jesús, aún ahora tan atormentada y tan querida por el corazón cristiano".
Juan Pablo II - Carta Apostólica Rosarium Virginis Mariae

Innumerables veces, el beato Juan Pablo II ha insistido sobre la importancia de rezar el Santo Rosario como oración para la paz, tanto en sus homilías como en el Ángelus o en cartas apostólicas. Por ejemplo el 30 de septiembre de 2001, luego del atentado terrorista del 11 de septiembre, expresó este pedido:

"En el contexto internacional actual, invito a todos --personas, familias, comunidades-- a rezar el Rosario, si es posible todos los días por la paz, para que el mundo sea preservado del inicuo flagelo del terror".

Y también durante el Ángelus del 26 de octubre de 1997 el Papa dijo:

“¡Cuántas veces, a lo largo de la historia, la Iglesia ha recurrido a esta oración, especialmente en los momentos de particular dificultad! El Santo Rosario ha sido instrumento privilegiado para evitar el peligro de la guerra y obtener de Dios el don de la paz. La Virgen, al aparecerse en Fátima a los tres pastorcitos, hace ya ochenta años, ¿no pidió el rezo del rosario por la conversión de los pecadores y la paz en el mundo?”

La Virgen de Fátima en todas sus apariciones a los pastorcillos ha pedido que se rece el Santo Rosario. En su primera aparición, el 13 de Mayo de 1917, la Virgen se hace llamar “La Señora del Rosario”  y le dice a los tres pastorcillos:

-“Recen el Rosario cada día para obtener la paz en el mundo y el fin de la guerra“

Y en su tercera aparición la Virgen también dice:

-“Yo quiero que continúes rezando el Rosario cada día, en honor de Nuestra Señora del Rosario, para obtener la paz en el mundo y el fin de la guerra, porque sólo Ella puede ayudarte“

Y en su aparición el 13 de julio de 1917, la Virgen del Rosario de Fátima dijo:

"Es necesario rezar el rosario para que se termine la guerra. Con la oración a la Virgen se puede obtener la paz. Cuando sufran algo digan: ‘Oh Jesús, es por tu amor y por la conversión de los pecadores”.

Las apariciones de la Virgen de Fátima suceden durante la 1ra Guerra Mundial, que finaliza seis meses después de éstas apariciones. De los pedidos de la Virgen para que se rece el Rosario por la paz  se puede deducir que el rezo del Rosario alcanza de Dios el don de la paz y ésta se hace pronto realidad entre los hombres.
Ahora, y ante los conflictos que se presentan en Medio Oriente, el Papa Francisco, que ha concluido el mes de María rezando el Rosario en la Plaza de San Pedro,  nos pide que recemos y ayunemos por la paz.
Durante el Ángelus en la Plaza de San Pedro, ante miles de fieles, ha convocado a una jornada de ayuno y oración por la paz:

"Hoy, queridos hermanos y hermanas, quisiera hacerme intérprete del grito que, con creciente angustia, se levanta en todas las partes de la tierra, en todos los pueblos, en cada corazón, en la única gran familia que es la humanidad: ¡el grito de la paz! Es el grito que dice con fuerza: Queremos un mundo de paz, queremos ser hombres y mujeres de paz, queremos que en nuestra sociedad, desgarrada por divisiones y conflictos, estalle la paz; ¡nunca más la guerra! ¡Nunca más la guerra! La paz es un don demasiado precioso, que tiene que ser promovido y tutelado".


Y más adelante ha dicho:

"Por esto, hermanos y hermanas, he decidido convocar en toda la Iglesia, el próximo 7 de septiembre, víspera de la Natividad de María, Reina de la Paz, una jornada de ayuno y de oración por la paz en Siria, en Oriente Medio y en el mundo entero, y también invito a unirse a esta iniciativa, de la manera que consideren más oportuno, a los hermanos cristianos no católicos, a los que pertenecen a otras religiones y a los hombres de buena voluntad".

Los Papas y los Santos han tenido una profunda devoción a esta forma de oración que es el Santo Rosario. Como católicos y como amantes de la Virgen Reina de la Paz hemos de ser fervientes devotos del Rosario.

Que la oración piadosa y consciente del Santo Rosario nos traiga la paz al alma y al mundo y nos una estrechamente a María para vivir auténticamente nuestro cristianismo.

El Santo Rosario rezado con Juan Pablo II

Rosario con Juan Pablo II es una aplicación (App) que permite rezar el Santo Rosario guiado por la voz de Juan Pablo II en castellano.  Al descargar la aplicación en el móvil o celular, posibilita rezar con Juan Pablo II a cualquier hora del día y en cualquier lugar.
La aplicación está bellamente ilustrada y señala los Misterios automáticamente según los días de la semana, con comentarios de Juan Pablo II sobre cada Misterio.

Se puede descargar directamente desde terminales IphoneIpadIpod o Android. O también desde las páginas Rosario con Juan Pablo II para Iphone o Rosario con Juan Pablo II para Android.

domingo, 1 de septiembre de 2013

Papa Francisco: Ángelus 1º de Septiembre de 2013

PAPA FRANCISCO
ÁNGELUS
Plaza de San Pedro
Domingo, 1 de septiembre de 2013

Queridos hermanos y hermanas: Buenos días.

Hoy, queridos hermanos y hermanas, quisiera hacerme intérprete del grito que, con creciente angustia, se levanta en todas las partes de la tierra, en todos los pueblos, en cada corazón, en la única gran familia que es la humanidad: ¡el grito de la paz! Es el grito que dice con fuerza: Queremos un mundo de paz, queremos ser hombres y mujeres de paz, queremos que en nuestra sociedad, desgarrada por divisiones y conflictos, estalle la paz; ¡nunca más la guerra! ¡Nunca más la guerra! La paz es un don demasiado precioso, que tiene que ser promovido y tutelado.

Vivo con particular sufrimiento y preocupación las numerosas situaciones de conflicto que hay en nuestra tierra, pero, en estos días, mi corazón está profundamente herido por lo que está sucediendo en Siria y angustiado por la dramática evolución que se está produciendo.
Hago un fuerte llamamiento a la paz, un llamamiento que nace de lo más profundo de mí mismo. ¡Cuánto sufrimiento, cuánta destrucción, cuánto dolor ha ocasionado y ocasiona el uso de las armas en este atormentado país, especialmente entre la población civil inerme! Pensemos: cuántos niños no podrán ver la luz del futuro. Condeno con especial firmezael uso de las armas químicas. Les digo que todavía tengo fijas en la mente y en el corazón las terribles imágenes de los días pasados. Hay un juicio de Dios y también un juicio de la historia sobre nuestras acciones, del que no se puede escapar. El uso de la violencia nunca trae la paz. ¡La guerra llama a la guerra, la violencia llama a la violencia!

Con todas mis fuerzas, pido a las partes en conflicto que escuchen la voz de su conciencia, que no se cierren en sus propios intereses, sino que vean al otro como a un hermano y que emprendan con valentía y decisión el camino del encuentro y de la negociación, superando la ciega confrontación. Con la misma fuerza, exhorto también a la Comunidad Internacional a hacer todo esfuerzo posible para promover, sin más dilación, iniciativas claras a favor de la paz en aquella nación, basadas en el diálogo y la negociación, por el bien de toda la población de Siria.

Que no se ahorre ningún esfuerzo para garantizar asistencia humanitaria a las víctimas de este terrible conflicto, en particular a los desplazados en el país y a los numerosos refugiados en los países vecinos. Que los trabajadores humanitarios, dedicados a aliviar los sufrimientos de la población, tengan asegurada la posibilidad de prestar la ayuda necesaria.

¿Qué podemos hacer nosotros por la paz en el mundo? Como decía el Papa Juan XXIII, a todos corresponde la tarea de establecer un nuevo sistema de relaciones de convivencia basadas en la justicia y en el amor (cf. Pacem in terris [11 abril 1963]: AAS 55 [1963], 301-302).

¡Que una cadena de compromiso por la paz una a todos los hombres y mujeres de buena voluntad! Es una fuerte y urgente invitación que dirijo a toda la Iglesia Católica, pero que hago extensiva a todos los cristianos de otras confesiones, a los hombres y mujeres de las diversas religiones y también a aquellos hermanos y hermanas no creyentes: la paz es un bien que supera cualquier barrera, porque es un bien de toda la humanidad.

Lo repito alto y fuerte: no es la cultura de la confrontación, la cultura del conflicto, la que construye la convivencia en los pueblos y entre los pueblos, sino ésta: la cultura del encuentro, la cultura del diálogo; éste es el único camino para la paz.

Que el grito de la paz se alce con fuerza para que llegue al corazón de todos y todos depongan las armas y se dejen guiar por el deseo de paz.

Por esto, hermanos y hermanas, he decidido convocar en toda la Iglesia, el próximo 7 de septiembre, víspera de la Natividad de María, Reina de la Paz, una jornada de ayuno y de oración por la paz en Siria, en Oriente Medio y en el mundo entero, y también invito a unirse a esta iniciativa, de la manera que consideren más oportuno, a los hermanos cristianos no católicos, a los que pertenecen a otras religiones y a los hombres de buena voluntad.



El 7 de septiembre en la Plaza de San Pedro, aquí, desde las 19.00 a las 24.00 horas, nos reuniremos en oración y en espíritu de penitencia para implorar de Dios este gran don para la amada nación siria y para todas las situaciones de conflicto y de violencia en el mundo. La humanidad tiene necesidad de ver gestos de paz y de oír palabras de esperanza y de paz. Pido a todas las Iglesias particulares que, además de vivir esta jornada de ayuno, organicen algún acto litúrgico por esta intención.

Pidamos a María que nos ayude a responder a la violencia, al conflicto y a la guerra, con la fuerza del diálogo, de la reconciliación y del amor. Ella es Madre. Que Ella nos ayude a encontrar la paz. Todos nosotros somos sus hijos. Ayúdanos, María, a superar este difícil momento y a comprometernos, todos los días y en todos los ambientes, en la construcción de una auténtica cultura del encuentro y de la paz. María, Reina de la Paz, ruega por nosotros.

© Copyright - Libreria Editrice Vaticana


El Santo Rosario rezado con Juan Pablo II

Rosario con Juan Pablo II es una aplicación (App) que permite rezar el Santo Rosario guiado por la voz de Juan Pablo II en castellano.  Al descargar la aplicación en el móvil o celular, posibilita rezar con Juan Pablo II a cualquier hora del día y en cualquier lugar.
La aplicación está bellamente ilustrada y señala los Misterios automáticamente según los días de la semana, con comentarios de Juan Pablo II sobre cada Misterio.

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